Valverde no es Lambayeque

No hay la menor duda, el APRA se ha convertido definitivamente en lóbrego paraje donde habitan organismos hematófagos, insaciables animales que esquilman todo cuanto hallan a su paso, dejando en su trayecto un irrespirable hedor a baba y corrupción. Y lo peor de todo es que en cada parte del país se van reproduciendo de manera inevitable. Es una plaga de la democracia.


De este modo aparece en Lambayeque el nombre del señor Manuel Gaudioso Valverde Ancajima quien dando una especie de golpe (así como en el hipódromo lo hace el caballo al que casi nadie paga por verlo llegar entre los ganadores) queda segundo en las elecciones regionales del pasado 3 de octubre y al no obtener Humberto Acuña el 30 % de los votos validos del electorado tiene ahora el chance de convertirse en el nuevo Presidente Regional de Lambayeque.


Pero no se trata de un golpe dado al azar sino a punta de maña y fraude impuesto por aquellos chacales del ardid, jauría de dizque personeros que hasta por una dádiva son capaces de otorgar su alma al mismo diablo. Y hay que tener cuidado la próxima semana, la zona donde se mueven como pirañas en el agua es en la rural (Keiko, dixit) ¿Es todo lo que el APRA ha aprendido en más de ochenta años de existencia? ¿Acaso uno de sus máximos logros, sus mayores aportes es reiterarnos, como lo dice el sabido refrán, que “más sabe el diablo por viejo que por diablo”? Sin embargo, lo importante para ellos es que lograron que Alianza para el progreso no se adjudicara con el triunfo.


Alcalde de Pitipo, distrito de la provincia de Ferreñafe, durante dos periodos, Valverde es otra muestra de lo bien que te puede tratar la política si careces de escrúpulo alguno. Mucho más si no tienes bandera y tu ambición es tan grande como tu descaro. Al parecer, es el modo, la actitud más practica de llegar a la política. Y de eso, hace tiempo se ha dado cuenta Javier Velásquez Quesquén, ex Presidente del Consejo de Ministros de la República del Perú, cacique aprista de estos predios y amigote de Manuel Gaudioso


Viendo su hoja de vida en la página Web del JNE veo que el candidato aprista tiene una experiencia laboral de seis meses, siendo director – gerente de una empresa llamada Discovery Import Sporty Services de la que con las justas aparece una información en internet: está en condición de Baja de Oficio, o sea que la SUNAT al ver que no cumplía sus obligaciones fue excluida del padrón de contribuyentes activos. Año 2002. Lo que sigue es historia conocida. Resultó elegido y re elegido por su pueblo natal.


Hasta allí, digamos, todo bien. Pero lo que si me hizo fruncir el ceño en señal de sorpresa es ver la parte de sus bienes y rentas. Tiene dos inmuebles, uno en Chiclayo y el otro en Lima, valorizados en 3 millones de soles. Además, percibe 13 mil soles mensuales producto de su actividad privada, lejos del servicio público. ¿Un gran ejemplo de ahorro y esfuerzo? ¿Cuántos lambayecanos desearían trabajar unos ocho años y tener siquiera una modesta casa, un lotecito en cualquier parte?


Ahora bien, por otro lado lo que también resulta inquietante es la campaña de su candidatura. Nada modesta. Sus avisos políticos contratados son trasmitidos hasta el hartazgo en radios y televisoras. Ni hablar de sus visitas proselitistas. En cierto modo, si su sueldo de 13 mil existe, quedará en déficit. Y de lo que está en verde pasará a un color pálido.


Así que eso de que Manuel Gaudioso Valverde Ancajima sea Lambayeque, como dice en la publicidad, no me lo creo. Lo que si en realidad es uno de los tantos apristas que con afán busca el poder y la ganancia fácil (la lista cada vez crece, sin tregua) El aprovechamiento de nuestros impuestos. Es la característica, los genes de estos apristas contemporáneos.


Y no es que sea un partidario de Alianza para el progreso. Ocurre simplemente que es una actitud anti aprista, anti mafia. Un gesto particular e ineludible.